En las últimas semanas, se ha registrado un número creciente de ciudadanos estadounidenses -ya sea de nacimiento, o naturalizados- que han sido detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), ante las redadas y deportaciones ordenadas por el presidente Donald Trump.
Desde que iniciaron los operativos de inmigración en el Gobierno Trump, han aumentado los arrestos contra las personas que adquirieron la ciudadanía por nacimiento y contra los ciudadanos naturalizados, de acuerdo con estadísticas de ProPublica, 170 ciudadanos han sido detenidos por agentes federales a lo largo del país.
Esto ha generado, expuso Juan José Rodríguez Alvarado, director del Instituto Tamaulipeco para los Migrantes, temor entre los naturalizados estadounidenses en salir a la calle.
Si bien las repatriaciones han ido a la baja este año por la frontera de Tamaulipas, las redadas de ICE en estados como Texas se enfocan a connacionales con más años y una vida hecha en los Estados Unidos, por lo que es una estrategia más profunda, precisó Rodríguez Alvarado.
El director del Instituto Tamaulipeco para los Migrantes, sostuvo que los temores aumentaron después de que la Corte Suprema de Estados Unidos levantó, el 8 de septiembre, las restricciones sobre el perfilamiento racial por parte de ICE.
Rodríguez Alvarado, precisó que la operación del ICE en esta administración republicana es bastante activa comparada con administraciones anteriores, de tal suerte que se recibe menor flujo de repatriaciones, pero de connacionales que tenían hasta 20 años viviendo en Texas e incluso contaban ya con patrimonio propio, así como negocios.
«Y los retos institucionales se incrementan, y ese es el reto, la reinserción de los repatriados», dijo.






