Aunque existen registros de casos de acoso y abuso sexual en contra de menores en el estado, no hay estadísticas exactas que reflejen con precisión la magnitud del problema.
Lamentable, en México como en Tamaulipas, los espacios que deberían ser más seguros para los niños y adolescentes, como el hogar y la escuela, son también donde se concentran los mayores riesgos de violencia, advirtió Ivette Salazar Márquez, titular del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) en el estado.
“Siempre existe ese porcentaje de cifra negra”, señaló la funcionaria, quien aceptó que “muchos casos se quedan en denuncias informales en redes sociales y no llegan a la Fiscalía”.
En ese sentido, la secretaria ejecutiva del SIPINNA, subrayó que la articulación de dependencias gubernamentales y no gubernamentales busca atender problemáticas como el acoso escolar, la violencia intrafamiliar y el abuso sexual infantil.
“Actualmente, SIPINNA trabaja en una cartilla contra el abuso sexual y el maltrato infantil, elaborada en coordinación con UNICEF y la Comisión para poner fin a todo tipo de violencia. El material será distribuido a padres de familia a partir de este mes (noviembre), con el objetivo de que puedan identificar indicadores o síntomas de alerta en sus hijos”, detalló la funcionaria.
Salazar Márquez, insistió en que la prevención es clave y que SIPINNA trabaja de manera coordinada con la Secretaría de Educación y la Secretaría de Salud para fortalecer acciones en escuelas y comunidades. Sin embargo, enfatizó que la protección de la niñez es una responsabilidad compartida.
“Todos somos corresponsables del cuidado y protección de las niñas, niños y adolescentes. Por eso pedimos que se hagan denuncias en caso de tener conocimiento o de que se trate de un caso directo dentro de la familia”.
Explicó que SIPINNA funciona como articulador de políticas y programas en los tres niveles de gobierno y con organismos no gubernamentales que buscan que las niñas y niños gocen de los derechos constitucionales a una niñez libre, educación, alimento, vivienda, entre otros.
Destacó que durante el año pasado, el estado registró 332 casos de menores víctimas de violencia familiar, siendo el 95% de los casos en adolescentes de entre 12 y 17 años de edad, le siguen los niños de uno a cinco años, y en último los de seis a 11 años, según datos revelados por la Secretaría de Salud.






