A pesar de que se han realizado campañas de limpieza en el lecho del Río San Marcos, la basura y la contaminación en ese sitio sigue siendo un problema ambiental urgente, pues son 7 kilómetros del río que atraviesan la zona urbana de Ciudad Victoria en donde se tira basura y se descargan aguas residuales.
Esto porque los operativos de limpieza se han focalizado en áreas cercanas al centro de la ciudad, es decir una franja de algunos cientos de metros, pero el resto del cauce del río está sin vigilancia o inspección alguna.
El San Marcos, un afluente emblemático de la capital de Tamaulipas, enfrenta una grave crisis ambiental aunque este río se considera vital para la identidad se ha convertido en un depósito de desechos, afectando la calidad del agua, la salud pública y el equilibrio ecológico.
A pesar de los esfuerzos de limpieza y saneamiento, la falta de conciencia ciudadana y la insuficiencia de medidas gubernamentales agravan el problema, poniendo en riesgo este patrimonio natural.
La contaminación del Río San Marcos tiene múltiples fuentes: por un lado, las descargas de aguas negras provenientes de hogares y comercios son una de las principales causas, lo que compromete la calidad del agua que alimenta la presa Vicente Guerrero.
También, se ha convertido en un sitio donde se arroja basura de todo tipo, sin que haya ninguna vigilancia de parte de las autoridades ambientales ya sea la Conagua, la Semarnat o la Profepa, dado que esa zona se considera de competencia federal.
El río San Marcos tiene una longitud total de 72 kilómetros, actualmente se le considera un curso de agua temporal, y tiene su origen en la Sierra Madre, en las inmediaciones del municipio de Jaumave, y descarga sus aguas en la presa Vicente Guerrero, en el municipio de Padilla.
